Nadie puede discutir que la capacitación profesional es la clave para el desarrollo de las empresas. Pero ¿sabía que la mala capacitación de los colaboradores podría generar pérdidas de hasta un 70 % para las organizaciones?
Resiliencia de conocimiento: la gran responsabilidad de los formadores de su organización.
La competitividad de una empresa, especialmente hoy en día, está estrechamente relacionada con la la capacidad que tengan sus colaboradores para adquirir nuevos conocimientos y emplearlos hacia objetivos estratégicos. Es decir, equipos y talentos profesionalmente resilientes. Además, la constante necesidad de capacitación ha abierto un nuevo puesto en las organizaciones: el capacitador o trainer. Esta es una persona interna que se encarga de capacitar y promover el desarrollo y las habilidades mediante nuevos conocimientos.
Por supuesto, el capacitador o trainer debe estar en constante capacitación o se convierte en un desperdicio de recursos.
Por ello ha surgido el modelo de formador de instructores, que permite a los profesionales encargados del área de formación diseñar, planificar e implantar eficazmente una acción formativa. Es una metodología en la cual pueden apoyarse las organizaciones para asegurar que el conocimiento sea transmitido correctamente al resto de colaboradores.
¿Saben sus formadores reconocer el tipo de comunicación y liderazgo que requieren sus colaboradores a la hora de capacitarse?
¿Cómo evalúa si está siendo transmitido correctamente el mensaje del formador?
¿Se están adecuando las metodologías de enseñanza según el perfil de los empleados?
¿Se implementa la comunicación no verbal en el proceso?
Un formador de instructores debe saber:
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Conocer estrategias de comunicación verbal y no verbal para la transmisión del conocimiento.
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Aplicar métodos educativos que promuevan el compromiso de los trabajadores, la práctica reflexiva, el pensamiento crítico y la adquisición de habilidades.
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Demostrar dominio, flexibilidad y creatividad en la aplicación de estrategias de capacitación tales como la lluvia de ideas, juegos de roles y sesiones de práctica.
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Manejar tácticas de intervención para el manejo y resolución de situaciones complejas, comportamientos disruptivos, distracción o desinterés, factores emocionales y demás en los empleados.
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Diseñar planes de acción en forma personal en cada colaborador para explotar el potencial del individuo y del espacio de aprendizaje y así fortalecer las habilidades de capacitación y facilitación.
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