En los primeros 5 segundo de un encuentro cara a cara usted y la otra parte se conocen. En esos mismos 5 segundos usted y la otra parte ya se juzgaron. Es un proceso inconsciente que su cerebro lleva a cabo a partir de sus sentidos. Lo hacemos siempre porque nuestro cerebro está programado de esta manera para ser un ente social. Esto quiere decir que nuestras interacciones más exitosas ocurren cuando nos encontramos en persona con el otro y por consiguiente, la comunicación y presentación son fundamentales. En Seminarium-Centroamérica buscamos opiniones que empaten los negocios con las ciencias para comprender qué pasa en nuestro cuerpo a la hora de interactuar. La experta Hellen Morris-Brown tiene una interesante teoría.
TALLER: Comunicación Efectiva y Asertiva
23 Julio, 2019. San José, Costa Rica.
La comunicación no-verbal es esencial para transmitir un mensaje pero al mismo tiempo, la comunicación y en especial aquella digital, es un ejercicio de manejo de riesgo. Entonces, ¿cómo lograr esa confianza mutua y alcanzar una comunicación ideal? La respuesta podría centrarse en técnicas de presentación, lenguaje, entonación, etcétera pero busquemos más allá. La confianza mutua en la comunicación se basa en la repetición de interacciones exitosas y serán exitosas siempre y cuando giren entorno a estados de ánimo positivos.
Pensemos en la química de nuestro cuerpo. La secreción de dopamina en nuestro cerebro, asociada a la motivación, la recompensa, el humor, la atención y el aprendizaje, nos sitúa en un estado de positivo de alerta y nuestro sistema nervioso central se verá atraído a sostener esa emoción y perseguirla. Es aquí cuando la ciencia, la razón y la oportunidad se encuentran.
Por consiguiente, cada vez que tengamos una reunión, una presentación o un momento importante con alguien (llámese jefe, cliente, colega y demás) debemos apuntar a un factor de «sensación placentera» en ese encuentro para hacer coincidir expectativas del uno con el otro hacer más productiva, constructiva y confiable el encuentro.
Ahora traduzcamos esto al mundo de los negocios. Si compra un producto o servicio, espera recibir exactamente ese producto o servicio y no otro. La emoción llega y seguramente su ritmo cardíaco se acelera, sus pupilas se dilatan, hay sudoración u otras reacciones fisiológicas naturales de emocionarse. Pero si recibo otro producto, su cerebro debe gastar energía procesando el mal momento y la próxima vez, su cuerpo y mente estarán programados para rechazar lo que venga porque su cerebro encendió la parte frontal que lidia con el estrés y el temor.
Lo mismo sucede cuando alguien no llena sus expectativas en un proceso de comunicación. Afectará su opinión sobre esta persona y el cómo volverá a interactuar con ella. Pero si la comunicación genera interacciones exitosas que coinciden expectativas, es muy probable que el resultado lo lleve hacia el resultado esperado.
Por último, le compartimos 3 sabios y simples consejos que pueden ayudarle a construir una comunicación efectiva y a coincidir sus expectativas con las de los demás:
1- Evite las sorpresas. Sea claro al comunicarse y hágalo oportunamente para asegurarse de que cada encuentro cumpla las expectativas de la otra parte.
2- Si busca proyectar una imagen positiva, transmite mensajes positivos a la otra parte para que su cerebro también se encienda y lo asocie a usted con aquella «sensación placentera» que mencionamos antes. Recuerde que los seres humanos tenemos un radar para reconocer los cumplidos y nos sentimos atraídos a ellos por lo que probablemente responderemos.
3.- Sea consistente en su comunicación. Vía llamada telefónica, correo electrónico, mensaje digital o cualquier otro canal, comuníquese como si lo estuviera haciendo cara a cara con el otro.
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