La rendición de cuentas, o «accountability», es una forma de medir la capacidad de las personas para asumir la responsabilidad de sus acciones. Si bien aquí estamos hablando de responsabilidades y acciones en el ámbito laboral, aplica también en la vida personal.
Rendir cuentas, un castigo o un reconocimiento?
En muchas ocasiones, el término «rendir cuentas» viene con una mala connotación. Se interpreta como buscar al culpable, exigencias que no corresponden o hasta castigo. Usualmente esto ocurre porque los líderes exigen responsabilidad de arriba a abajo, generando desconfianza entre los empleados y los líderes. Incluso esta visión de la rendición de cuentas conduce a políticas de oficina feroces e improductivas.
Pero todo esto se puede revertir. Lo primero es pensar en la rendición de cuentas como un valor que forma parte de la cultura en la organización.
Rendir cuentas es responsabilizarse por acciones, decisiones, comportamiento y desempeño, bueno o malo. Asegura que todos los empleados sean conscientes de las tareas que deben realizar y completar y también sean conscientes de las consecuencias de sus acciones, de resolver problemas y aprender de la experiencia.
La rendición de cuentas es inútil a menos que conduzca al aprendizaje y la mejora.
Entre sus beneficios:
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Genera confianza
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Mejora el rendimiento
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Promueve la propiedad
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Aumenta la confianza de los empleados
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Aumenta la participación de los empleados
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Mejora el compromiso
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Abre oportunidades para la creatividad y la innovación
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Aumenta la satisfacción y retención de los empleados
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Fomenta la competencia entre los empleados
Desarrollar una cultura de responsabilidad en el lugar de trabajo significa que los empleados trabajan juntos para encontrar soluciones a los problemas, entregar resultados eficientes y responsabilizarse mutuamente. Los efectos del método se ven, eventualmente, reflejados en su desempeño. Un empleado responsable es cuidadoso con sus acciones y cómo impactan a los miembros de su equipo. Mantiene a su equipo actualizado sobre el estado del progreso de su trabajo para que no haya contratiempos en el proceso más adelante.
Cómo se alcanza?
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Cuando un líder acepta sus errores y decide corregir el problema, indirectamente alienta a los miembros de su equipo a hacer lo mismo. El cambio comienza en cada uno. El éxito o fracaso de su equipo es también suyo.
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Asegúrese de que las reglas sean las mismas de arriba a abajo. Ya sea usted un miembro corporativo o un empleado ordinario, un miembro con experiencia o un pasante, las mismas reglas deben difundirse en toda la organización. Aplicar los mismos estándares en todo el lugar de trabajo crea una cultura positiva de responsabilidad.
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Defina con claridad las metas y lo que se espera de cada miembro. Cada integrante debe conocerlas y comprenderlas.
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Una cultura saludable de responsabilidad no define límites rígidos, sino que brinda a los empleados la libertad de poner en juego su creatividad e imaginación. He aquí la importancia de la comunicación.
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Entregue retroalimentación de calidad. En ocasiones, sus colaboradores o colegas pueden no darse cuenta de un error. Recuerde que retroalimentar es una experiencia de aprendizaje, no de crítica. Por ello, los comentarios deben ir dirigidos al desempeño y no a la persona, a métodos efectivos para remediar errores y a brindar la oportunidad de actuar al respecto.
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Haga de el accountability un principio en su entorno. Discuta, clarifique, aliente, ayude, y guíe.
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Ponga gran atención al compromiso de cada integrante y revise los resultados. Hágalo saber a todos los miembros. Así es fácil y justificado aplicar un sistema de recompensas y «castigos».
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Rendir cuentas, un castigo o un reconocimiento?
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